En nuestras sociedades avanzadas es cada vez más fundamental el desarrollo y el refuerzo de la ética, la deontología profesional y la autorregulación de las diferentes esferas de la actividad social como forma de complementar el derecho y de reducir los perjuicios causados por las malas praxis. Establecer las pautas de conducta debida para los profesionales y los medios, educar en su conocimiento a la sociedad para que pueda reclamarlas, y establecer mecanismos para el refuerzo de su cumplimiento son materias propias de esta línea. La transferencia de resultados de la investigación debe ser aquí consustancial con el sentido práctico de la ética.